El teatro como desafío personal
«El desarrollo personal es la parte más amplia que da forma a nuestro desarrollo profesional. Dependiendo de cómo seas en la vida, es cómo te desarrollas en el trabajo», dice Ross Mary, una joven peruana de Lima que hoy se encuentra cursando el diplomado de IFF América. Es por ello que varias son las herramientas que nuestros docentes en IFF América utilizan para explotar las cualidades que nos hacen ser quienes somos.
El teatro, es uno de estas herramientas y como tal ayuda a que los jóvenes vayan poniendo a prueba sus propias trabas y superando sus propios miedos. En IFF América se prepara a los jóvenes para presentar un extracto de cuatro obras teatrales con el fin de que aprendan a manejar sus emociones por medio de la actuación: «Esta es mi primera experiencia en teatro. Me gusta y me desafía mucho para atreverme a desenvolverme mejor en público, saber manejar mis emociones y sensaciones porque es muy interior lo que te entrega el teatro. Todo lo que te haga vibrar, las emociones internas y poder saber expresarla a los demás sin tanta dificultad es lo que más me atrae de esta parte de mi pasantía», señala Diana, quien viene de Colombia y al igual que Ross ya han pasado por emprendimientos sociales previamente, «aunque ahí uno se acostumbra a trabajar con personas, siempre uno puede conocerse más y mejor para hacer un mejor trabajo aún y satisfacerse con los resultados», complementa Diana.
En ese sentido Ross Mary, añade que «estas clases de teatro me han ayudado y mucho. Está el tema de tener confianza en uno mismo, mostrarte, ser ese personaje que te imponen para la obra. Saber manejar las emociones, aunque ese personaje no te guste, eso te ayuda. Siempre me ha costado manejar mis emociones, a veces me ganan los nervios, pero esto ayuda mucho. Aporta a la concentración, memoria, a la improvisación positiva, también el tema de conocerte más. Uno se hace una idea de cómo es, pero en este taller uno se da cuenta que hay muchas cosas de uno mismo que no sabía o no conocía».
Ambas alumnas presentan hoy 1 de agosto, junto a sus otros 6 compañeros provenientes de Haití, Bolivia, México, Uruguay y Chile. «El conocernos a nosotros mismos es algo que se da a lo largo de todo el diplomado. Vivimos todos en una misma casa durante 3 meses, hay una interculturalidad constante, una adaptación, un manejo de emociones y por ende un gran espacio al desarrollo personal y social de nosotros. IFF América para mí es un puente de aprendizaje entre lo que aprendí en la universidad y lo que estoy aprendiendo de mí misma acá», señala Ross. «Es bueno para que uno se conozca, evalúes tus habilidades y competencias, cómo fortalecer aquello que uno deja pasar. El IFF nos da esa oportunidad», complementa Diana.