El profesor de IFF América, Armin Quilaqueo, que dicta el curso de Fenómenos Sociales I para los alumnos DILES es quien le toca recibir a los jóvenes del programa en uno de los ramos más teóricos, pero a la vez muy útil para la transformación social. En ese aspecto, Quilaqueo, sostiene que “los jóvenes, si bien son sensibles a los temas de fenómenos sociales, los noto un tanto pasivos y dormidos; por lo que uno de mis objetivos en el ramo es despertarlos”. Adicional a eso, el profesor reconoce que los alumnos rápidamente van tomando el ritmo al proceso.
El académico considera que todos los alumnos que año a año llegan a su sala, cuentan con una sensibilidad especial por fenómenos sociales, eso sí, cada cual tiene su propia lectura y sensibilidad al respecto: “Es importante que los temas les toquen la fibra, para tocar esa sensibilidad. En mi curso trato de simular de una manera lo más concreta posible, una realidad en particular para que ellos sientan cómo pueden aportar. Hay que reconocer que no es fácil llevar una realidad a un laboratorio”, argumenta.
Sin embargo, todo lo anterior, sirve para “que los jóvenes apliquen en sus pasantías y después en el mundo laboral. Las herramientas las obtienen acá, junto con el cambio de mirada y una nueva forma de pensar la realidad. Que observen más que mirar, eso ya los transforma en agentes de cambio”, sostiente.
En ese sentido, Quilaqueo destaca que para que los jóvenes del programa DILES puedan aportar de buena forma a una transformación del mundo: “deben primero dejar de pensar que sólo la acción de ellos va a producir un gran cambio. Deben ser conscientes que son todos parte de un aporte. También, deben dejar un poco la protesta, la queja y la crítica y pasar a la propuesta, a la acción; eso combinado con el ímpetu y ganas que tienen los jóvenes puede ayudar a cambiar la mirada del mundo que hoy existe”.


ENTREVISTA PROF. ARMIN QUILAQUEO
1.- ¿Cómo has visto la actitud de los jóvenes frente a los fenómenos sociales al llegar a curso?
Siento que están un poco relajados y no siempre muy claros con respecto a qué se trata el curso; pese a que está en el programa. No dimensionan la trascendencia de este curso en el proceso formativo. Sin embargo, rápidamente van tomando el ritmo del proceso. Lo más significativo es que trato de despertarlos un poco, más lectura, algunos conceptos desconocidos para ellos. En general la actitud, más allá de la falta de actividad en el proceso, siento que están con una expectativa, abiertos a lo que les pueda dar el curso
Cuando ellos se enfrentan a los fenómenos sociales lo ven desde la perspectiva de la experiencia más que algo teórico, entonces son diversas las experiencias y también sus sensibilidades, de manera que cuando abordamos los fenómenos sociales en general, algunos tienen distintas apreciaciones, pero en general son sensibles a los fenómenos sociales. Les importa, toca alguna fibra de ellos, a veces noto mucha emocionalidad en ellos.
2.- ¿Qué metodologías usas para canalizar estas emociones, ganas, actitudes respecto a los fenómenos sociales?
La metodología que priorizo en el curso, que se ha ido perfeccionando, tiene que ver con dar una nueva mirada, repensar; no a mirar los fenómenos sociales, sino observar a los fenómenos sociales. Entonces la perspectiva les cambia de alguna manera. Me interesa mucho partir siempre motivándolos con algo; sobre la complejidad de los fenómenos sociales, aportando una visión más crítica, siempre con la perspectiva que ellos puedan sentir más cerca los fenómenos. Que sientan que es un tema que podrían abordar o ser más cercanos. Evidentemente más de algún tema para alguien puede serles familiar, pero no siempre es así. También observamos mucho los temas coyunturales de hoy en día, por ejemplo, hemos visto harto el tema de inmigración. Los ejemplos eran abordados desde la problemática de los inmigrantes en Chile y eso los motiva a involucrarse al compromiso social que van asumiendo a través de esta nueva mirada.
Es muy difícil llevar al laboratorio el tema de los fenómenos sociales, porque no es algo que puedas acotar en un espacio determinado, ni circunstancias manipulables. Existen así y son. Trato de darle la forma de simulación, que es lo que más se acerca a las realidades observables; bajo esa modalidad me permite recrear ciertas situaciones, donde ellos puedan a partir de hechos más o menos reales, hacer los análisis para valorar, ejemplificar, etcétera, es decir, en base a hechos más o menos concretos.
3.- Luego que terminan el curso, ¿cuál es el atributo más grande que rescatan los jóvenes de este curso?
Respecto al perfil de egreso de este curso, en mi opinión y uno nunca está conforme con el resultado, siento que les aporta en términos de que cuando observan su propia realidad, les cambia la mirada. Tienen nuevas herramientas para interpretar de manera distinta esa realidad. Eso es básico para iniciar un proceso de intervención o hacer aportes para superar ciertas realidades que uno considera que dañan o perjudican lacalidad de vida de un grupo de personas. Hay una actitud distinta frente a eso, no es que van a cambiar todo, si no que va a hacer un aporte constructivo al proceso de cambio, voy a hacer un agente que aporte a ese proceso. De manera activa y con todo lo que de alguna manera se ha ido interiorizando durante el proceso formativo. Quizás el resultado final es lo que uno ve al final de las experiencias prácticas y luego en su vida profesional, no antes.
4.- ¿Cómo crees que se puede encauzar esto en proyectos de emprendimientos y acciones sociales en general?
La posibilidad que ellos sean buenos agentes de cambio y utilicen las herramientas de este proceso de formación; pasa por que puedan compatibilizar el hecho de ser idealistas con lo que quiero aportar. Primero, respetando las dinámicas de los cambios sociales que van sucediendo, no pensar que por mi sola voluntad se harán los cambios, yo soy una parte que contribuye, pero no determinante, eso es lo que deben poner en equilibrio, reconociendo que lo que los jóvenes tienden a ser idealistas, a medida que uno envejece, se pierde. Entonces esto es un motor necesario para hacer cambios profundos. El punto de quiebre está en que dejemos la protesta, la queja, la crítica y pasemos a la propuesta. Si los jóvenes del IFF que egresan tienen la capacidad al final del proceso, de repensar, remirar la realidad, y a partir de eso, con el impulso y ganas que tienen los jóvenes, se aporta con la propuesta. Ahí están todos los factores necesarios para que esto tenga sentido. Para que la formación tenga una repercusión trascendente para la sociedad.